Llevaba varios meses queriendo expresar mi opinión frente a la coyuntura de la participación de los jóvenes en la política en Colombia. Aquí van algunas de mis posiciones....
1. El espejismo de la política tradicional:
La clase política, tanto de derecha como de izquierda, ha mostrado un pragmatismo cínico al voltearse hacia la juventud únicamente en épocas de elecciones, ahora en especial de consejos de juventud. Este oportunismo convierte a los jóvenes en meros instrumentos de captación de votos y reclutamiento de militantes, sin ningún compromiso real con sus demandas ni sus sueños. La verdadera preocupación radica en el escaño, no en el bienestar de quienes se supone representan.
2. La farsa de los “líderes emergentes”:
Salir a buscar jóvenes “líderes por debajo de las piedras” para completar listas electorales es una burla a la democracia. Estos muchachos y muchachas son seleccionados sin procesos de inducción, sin fortalecimiento de sus capacidades de liderazgo y sin un acompañamiento real a su incidencia y participación política. La carencia de apoyos sustantivos por parte de los partidos, los movimientos y los políticos consolida un teatro donde la participación juvenil carece de sustento y de futuro.
3. Hacia una formación auténtica:
Si aspiramos a un cambio profundo, debemos promover procesos de formación no tradicional: talleres colaborativos, mentorías horizontales y redes de aprendizaje crítico. Solo así lograremos que las Juventudes desarrollen conciencia política, afiancen su liderazgo y multipliquen el impacto de su labor en los consejos municipales, departamentales y nacional de juventud (sin descuidar Plataformas de juventud y otras instancias de participación). La educación liberadora es el cimiento de la transformación social, económica y política.
4. Contra la instrumentalización y el abandono:
Rechazo enérgicamente que las elecciones de juventudes sean usadas simplemente para engordar caudales electorales de aspirantes a Cámara y Senado, mientras dejan a los jóvenes desamparados en sus luchas por salud, educación y empleo digno, entre otras. No podemos tolerar que, una vez asegurado el escaño, la “representación juvenil” se desvanezca y las demandas fundamentales queden en el olvido... (Cómo bien saben me pasó a mi y a los líderes de Disruptivos en el pasado).
5. Llamado a la acción de las juventudes independientes:
Este es el momento de la juventud consciente, libre e incluso independiente. Unámonos para alzar la voz, romper los moldes de la política tradicional y edificar proyectos políticos genuinos que trasciendan de los intereses personales y se proyecten a propósitos colectivos. Propuestas en red, orientadas al bien común, a propósitos comunes, firmes en la defensa de los derechos, de las agendas juveniles y de las políticas públicas de juventud. Solo así transformaremos la indignación en poder colectivo y conquistaremos un mañana digno y esperanzador para todas las generaciones.
Por:
Walter Duarte H - Columnista
Contador Público, Disruptivos por Colombia.
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