LA LESIVA CULTURA DEL PASEO A CRÉDITO

 De los creadores de: “Para eso trabajo, la plata es mía.” Llega…

“Dios proveerá, después miro como pago, creyente pero consumista”

La columna de esta semana es inusual, es un análisis puntual quizás polémico a un aspecto de la vida cotidiana de miles de latinos y en especial de nosotros los colombianos -Por no decir que de moda en mi generación-. 

La lesiva cultura del paseo y el viaje como se denominó este escrito llamó mi atención porque desde hace algún tiempo las personas y los hogares Colombianos priorizan con más frecuencia los paseos y los viajes, no sólo en épocas de vacaciones o puentes festivos sino también en los fines de semana a nivel nacional o internacional. Este punto sugeriría que el aumento del turismo interno en Colombia es provechoso para las economías de las regiones y municipios, ya que representa una gran oportunidad para el crecimiento económico, el empleo y el emprendimiento. Sin embargo, a pesar de esta lectura económica positiva, la realidad por adoptar estos patrones de consumo puede generar un efecto económico contrario al ciudadano y a la economía nacional al considerar que con relativa frecuencia estos gastos desbordan la capacidad económica o el poder adquisitivo de los compradores o turistas, provocando en conjunto una gran tendencia de hiperconsumo a partir de la deuda y el crédito, con más impacto si es en el extranjero -lo que las redes sociales no muestran-.

Si se abre cualquier aplicación en el móvil y damos un vistazo a las redes sociales es común encontrar espectaculares postales de los viajes a Cancún, Punta Cana, New York, Madrid o Vancouver también lo vemos a San Andrés, Cartagena, Guatapé, Eje cafetero, Cañon de Chicamocha etc, de las compras de artículos de reconocidas marcas en centros comerciales o publicitados centros de consumo, no obstante, hay por lo menos dos problemas que no se  pueden evidenciar allí: el primero en razón de adoptar por moda, reconocimiento o aceptación social un estilo de vida insostenible a partir del crédito o la deuda -algo fatal para la economía del hogar y las finanzas personales-, y el segundo, como una aguda afectación a la salud mental por la ansiedad o depresión motivada por las limitaciones económicas que impiden a cualquier persona emular o acceder al estilo de vida que superficialmente nos venden amigos, influenciadores o celebridades en las redes sociales y pantallas.

Seguramente quienes leen la opinión argumentarán que el paseo, el viaje o las compras corresponden a regalos o motivaciones por las diversas labores o sacrificios que se hacen en el año o mes -y parcialmente estoy de acuerdo- a lo mejor otros pensarán que quien escribe estas líneas no ha viajado o no gusta de las marcas comerciales -ninguna de las anteriores-; lo que se puede evidenciar es que según la estadística nacional con una economía desacelerada, una inflación superior al 10% y unas tasas de interés elevadas la decisión de sentirse mejor, incluido socialmente o con reconocimiento público por la foto en Cancún o en Nuquí puede tener como consecuencia de que meses más tarde se experimenten diversas patologías mentales por las situaciones financieramente asfixiantes o agonizantes -un acto de irresponsabilidad financiera-.

“Aparentar lo que uno no es, con plata que no se tiene, para impresionar al que no le importa” 

Según el portal INFOBAE la Superintendencia Financiera de Colombia ha venido observando que durante los últimos 12 meses la morosidad en general de los Colombianos sigue aumentando, la deuda en mora que los colombianos tienen por ejemplo en tarjetas de crédito supera los 16.2 billones de pesos (Agosto 2023). Lo que alerta a las instituciones financieras es que, durante el último año, esta cartera se ha incrementado en más de 6.2 billones de pesos. Las entidades financieras advierten por el aumento de la cartera en mora de productos bancarios, como créditos de consumo, microcréditos y tarjetas de crédito.

El diario la republica indica también sobre la cartera vencida, pues en el caso de la cartera de consumo se presenta con un mayor incremento, seguida de la cartera de microcrédito, que aumentó 34,91%, la comercial creció 15,13% y la de vivienda solo 3,08% con respecto al año anterior. Para agosto del 2023, la Superfinanciera registró $682,4 billones en el total de la cartera bruta, y en septiembre $684,9 billones. La cartera vencida para ese mes fue de $33,2 billones, y para septiembre incrementó a $33,4 billones. De agosto a septiembre, la cartera vencida mostró un aumento de $190.774 millones. ¿Y qué quiere decir todo lo anterior? Que la sociedad y los hogares se enfrentan a una situación económica compleja, que denota según lo expuesto, la poca o mínima educación e inteligencia financiera, y representa a su vez la gran necesidad de mejorar los hábitos con respecto al dinero para el bienestar de mediano y largo plazo -Un paso más allá de la moda-.

Existen planes que según Internet parecen no merecer mayor publicidad, prioridad o tendencia… la vida sin enfermedad para caminar o correr, el encuentro familiar barrial o comunal, el amor genuino de una cena en pareja o el compartir un partido entre amigos, muchos pensarán que son temas normales, simples, o quizás aburridos pero creo que la invitación considerable en la columna es a tomar otro camino frente a la lesiva cultura del viaje o paseo a crédito en una coyuntura macroeconómica de expectativas poco alentadoras o muy conservadoras.

Parafraseo un famoso comercial:

“Ir a comprar una maleta X $450.000 pesos, comprar un viaje y hospedaje de pareja con destino a Punta Cana (República Dominicana) $ 13.787.964; brindar tiempo y amor en un encuentro familiar, de pareja o de amistad… NO TIENE PRECIO.

Por:

Walter Duarte H - Activista Político

Contador Público y Columnista.

 
08/01/2024

 

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