PASARON LAS ELECCIONES Y ¿AHORA QUÉ?

Ya pasadas las elecciones y la excesiva contaminación generada por la propaganda política es un buen momento para reflexionar y opinar otra vez, cómo lo mencione en la red social X, “Muchos sucesos hoy estremecen al mundo, a Colombia y a mi Tolima; no solo estoy sorprendido, estoy aterrorizado, sobre todo por tanto odio, tanta mentira y manipulación. Imposible no opinar” entonces retomo la disciplina de liberarme escribiendo, ahora quizás con mayor pragmatismo y contundencia para ustedes mis líderes, los lectores informados.


Para iniciar, en marzo del presente año publique una columna generosa con información y detalles sobre mis visiones y perspectivas sobre lo global, lo nacional y local en este año y en el mediano plazo (Los invito a leerla); será éste el esquema que emplearé, pero con mayor puntualidad y severidad.

Las guerras no solo representan la ambición desbordada de quienes participan principalmente de ellas, sean Ucrania o Rusia, Palestina e Israel, las guerras son un gran negocio infame a costa de mucha sangre inocente, y muestran nuestro retroceso como sociedad, como humanidad sintiente, como instituciones y países, como seres pensantes y racionales. La crisis civilizatoria es innegable (Cada quién por lo suyo sin importar cómo se logra o qué daños causa en el otro) y se agudiza cada vez más; la violencia y las guerras pueden multiplicarse en diversos países a causa de estos factores, pero en especial de un fenómeno que está debilitando junto a la hiper corrupción las democracias. La autocracia.

Colombia, no es ajena a esta situación, pero con una particularidad, aquí el poder económico nacional siempre ha avasallado el poder político -era la costumbre-, si el Presidente no hace lo que los grandes grupos económicos convienen, todo lo público se paraliza, se retrasa, se estanca y por ende retrocede (No es la única causa). Pero lo están logrando.

La democracia contemporánea pareciera la fachada de la dictadura del capital, y los que lo ostentan blindan sus intereses a través de pseudo lideres manipulados a punta de corrupción y prebendas; así ganan elecciones, gobiernan y se mantienen en el sistema sin someterse a ningún tipo de limitación o control; lo que es peor, legitimados por una gran mayoría de personas desinformadas y manipuladas a través de populismo, polarización y posverdad. Hoy una buena proporción de Colombianos desea que al Presidente le vaya mal, como si aquí no viviéramos (Por poner un ejemplo).

En el Tolima para muchos el panorama es alentador, pues cada vez más el poder económico se concentra en pocas familias y al mismo tiempo el poder político (Y muchos viven de ello). Para mí, el panorama es oscuro, la autocracia se fortalece, y la participación política de los nuevos liderazgos, de los que nos atrevimos a realizar un proceso diferente a partir de las propuestas, la hoja de vida y los procesos de bases sociales se ve reducida a la cantidad de dinero en efectivo que se tiene para enfrentar la mafia política, una empresa electoral organizada en todos los niveles. Se hace el simulacro de las elecciones, pero con antelación se sabe quiénes serán los ganadores.

Y como si fuera poco, una contradicción: la gente en general pide cambio, pero la gran mayoría no quiere cambiar, comulga, acepta y promueve la politiquería, la corrupción y el saqueo, imponen sus prácticas a quienes lo hacemos diferente, haciéndonos ver inferiores ante el electorado. Esto desdibuja la esencia de la política y reprime las aspiraciones de nuevos líderes. 

El desempleo sigue y seguirá siendo la mejor estrategia de dominación politiquera (Por eso Ibagué está donde está), y mantener la pobreza y la gente engañada es el mejor instrumento de manipulación (Ver quienes ganaron en los municipios más pobres). Por estas razones y otras deleznables la degradación política hizo metástasis y será cada vez más fuerte, no solo por quienes imponen la dictadura del capital y sus patrones, sino para quienes promueven el odio y el sectarismo con corrientes vestidas de alternatividad o independencia pero que buscan instrumentalizar y manipular a sus bases solo para servir a sus propios intereses.

Y ¿Ahora qué?

Ahora, a sobrevivir y a romper esquemas. La palabra “Disruptivo” hace énfasis a ese estallido abrupto, ese quebranto de los viejos patrones, que crea otras narrativas, otros paradigmas y otras oportunidades. Necesitamos multiplicar por 47 esa disrupción en todos los territorios del departamento. Eso lo pide mucha gente honorable en el Tolima, lo necesita la política de verdad, y lo piden nuestros líderes comprometidos y leales que no podemos dejar solos. La victoria tiene muchos padres, pero el fracaso es huérfano.

Superemos las vicisitudes y ¡Devolvamos la esperanza al Tolima!

Comentarios