¡PIDO LA PALABRA! EN LA SOCIEDAD DEL CAOS

 
03/11/2020
Walter Andrés Duarte Hernández
Gestor comunitario y Consultor Empresarial 


El veinticinco de abril del 2020 (En plena cuarentena) publiqué mi última columna de opinión en serie antes de sumergirme nuevamente al ritmo del mundo empresarial, de la gestión privada por competencias, de la productividad y la innovación. Han pasado seis meses desde entonces y apenas he tenido tiempo para dar un vistazo a las noticias socioeconómicas y políticas colgadas en las redes sociales y en los portales de los principales diarios en Colombia, no puedo negar que ante las incógnitas expresadas por líderes y clientes anhelaba nuevamente expresar con vehemencia mi formal opinión, en ésta la sociedad del caos.

A todos mis lectores y seguidores expresar mis disculpas, apenas encuentro un espacio justo para expresar mis ideas en este sencillo espacio, superando, entre otras cosas la mala maña que tenemos los latinos de procrastinar lo relevante. Espero continuar la serie analizando como es habitual el contexto social, económico y político de nuestro planeta y, en especial de Colombia y sus regiones. Con seguridad, encontremos puntos de debate y oportunidades para liderar  y emprender.

¡Pido la palabra!, en medio de tantas voces que hoy se alzan en pasillos, diarios y portales web, la pido en ésta, la sociedad del caos.
¿Por qué calificar de esa forma las realidades contemporáneas que enfrentamos los ciudadanos del mundo?, como lo afirmé en otra columna del pasado, la pandemia ha dejado al descubierto agudas realidades sociales en las que viven millones de personas, so pena de voluminosas inversiones y programas de carácter social y económico que han hecho gobiernos en sus respectivos países que dejan mayoritariamente muchas inquietudes sobre su eficacia y pertinencia frente al desarrollo en el largo plazo de las sociedades y el cumplimiento de los ODS. (Ver índices y estadísticas de pobreza extrema, inequidad social, desigualdad socioeconómica, desarrollo humano, calidad de vida, desempleo, derechos humanos, competitividad e innovación, entre muchas otras).

La desconfianza por las instituciones públicas y con ello la pérdida de autoridad del gobierno aumenta, es sabido que... -Siempre ha habido más territorio que estado en Colombia- y con ello un aumento paulatino de la pobreza, el desempleo y la violencia; la ausencia de dialogo en la resolución de los problemas sociales de los gobiernos con el pueblo, el empleo de la fuerza para el “restablecimiento” del orden y el fortalecimiento de la centralización, son características propias de una sociedad envuelta cada vez más en una cultura autoritaria
 
No deja de ser preocupante la incertidumbre que sigue dejando el Covid -19, para la vida, el desarrollo social y el crecimiento económico; todos los días me cuestiono sobre... ¿Qué tipo de liderazgo necesitan hoy las sociedades como la Colombiana para afrontar la crisis, retomar el camino de lo importante y lo fundamental? Los liderazgos de hoy, que curiosamente la ciudadanía cuestiona pero apoya en urnas y en twitter, dejan entrever la ausencia de conciencia social, económica y política, la carencia del respeto por el derecho ajeno, hijas de la pírrica educación y una cultura que promueve más el miedo, el odio y la resignación.

Hoy la columna se queda corta ante la cantidad de pormenores que podría mencionar; la crisis social, la reactivación económica, la reconstrucción sociocultural y económica en los países latinoamericanos, el mercado digital, la ciencia, la tecnología y la innovación en tiempos de pandemia, la generación del caos, entre otras muchas, sin embargo siendo responsable con el lector, dejo clara la imperiosa necesidad de aprovechar la crisis para sacar lo mejor de cada ciudadano, de cada familia, cada ente económico y cada sociedad, los demás temas harán parte de las nuevas columnas con seguridad.

¿Es posible transformar la sociedad si transformamos los liderazgos tradicionales y la cultura autoritaria? Les dejo “ese trompo en la uña... en esta columna un tanto inconclusa. (Leo sus comentarios)

Tu destino lo escribes tu mismo con cada decisión que tomas. 

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