CUARENTENA, OPORTUNIDAD DE ORO

Walter Andrés Duarte Hernández
02/04/2020 Consultor
Fundación Impulsa Futuro

Jamás la humanidad se había enfrentado a un fenómeno de las dimensiones y magnitudes como la que ha generado la pandemia de Coronavirus Covid-19. 

La historia refleja diversas crisis mundiales evidenciadas por ejemplo en la violencia de la primera y segunda guerra mundial y sus secuelas económicas y sociales, las fuertes recesiones económicas relacionadas (entre otras) por el desplome de las bolsas de valores en diversas partes del mundo, e incluso el brote de otros virus e infecciones que tuvieron impactos más reducidos en regiones o países, sin embargo es la primera vez que el mundo se estremece por los efectos de un virus globalizado, que no distingue regímenes políticos, económicos o clases sociales y que ha puesto en jaque la salud pública, la economía y lo que hasta hoy se consideraba el desarrollo en las sociedades.

Lo que un día fue película de Hollywood

Ante la ausencia de medidas de protección seguras para reducir la tasa de contagio del atroz virus, el confinamiento obligatorio ha sido hasta el momento la única medida de mayor efectividad en materia de prevención, decisión ampliamente acogida por los gobiernos en buena parte de los países del mundo, evitando de esta manera el relacionamiento social de la ciudadanía y retardando así la velocidad de propagación de la infección, lo que ha permitido entre otras la preparación del estado para asegurar la atención clínica a pacientes en estado crítico y la puesta en marcha de todo tipo de programas sociales para atender la emergencia; lo que un día fue una película de Hollywood, hoy es una realidad caótica; millones de personas están en sus casas al vaivén del estrés, la ansiedad y la incertidumbre, otras en la calle a la suerte de los gobiernos y sus programas sociales y, centenares en hospitales o cuartos de atención improvisados esperando recuperación y atención; en España, Italia y Ecuador la crisis sanitaria es inminente, los cementerios no dan abasto con los fallecidos que deja este virus que ya suma más de 40.000 muertes en todo el mundo. 

Ante la ausencia de la anhelada vacuna y lo que en tiempo representa desarrollar inmunidad en la especie humana frente al virus, una tercera opción se ha contemplado como estrategia de salida por la dirigencia política y la comunidad científica, y se trata de adoptar completamente otra forma de comportamiento y relacionamiento de la ciudadanía en sociedad, las expresiones sociales, las muestras de afecto y todas aquellas acciones que lleven a las personas a estar proclives a contagiarse deben ser cambiados para que las personas puedan salir paulatinamente de casa… sin embargo esta medida está en entre dicho por el fuerte arraigo cultural de las costumbres históricas y sociales de muchos países en el mundo especialmente en los países latinoamericanos (donde somos tan cariñosos y melosos) y el contagio vía estreches de manos, besos, caricias y abrazos es notorio.

La oportunidad de Oro de la cuarentena.

No existirá con seguridad otro momento en la historia del mundo y de la humanidad como este lapso de aislamiento obligatorio, llevábamos un ritmo de vida a  merced la lucha por la existencia, cargada de egoísmo, individualidad, resignación e hipocresía, un escenario salvaje de interés particular a merced de la especulación de los mercados y el acaparamiento de el capital incluso a costa de la vida (la dignidad) y el deterioro irreversible del ambiente natural.

Hoy nos topamos con un espacio imprescindible para repensarnos nuevamente como sociedad, para entender nuestra condición humana desde la reflexión crítica, un lapso justo para darle pausa al bullicio, el consumo y la trivialidad y, fijar nuestro pensamiento sobre el proceder que tenemos como especie humana, como hijos, padres, hermanos, tíos; como parejas y familias y, sobre todo como ciudadanos del mundo.

Hoy más que nunca millones de personas tendrán tiempo de pensar, temprano que tarde se cansarán de las redes sociales y la televisión. Allí la oportunidad de oro se muestra con fuerza, para que TODOS los seres humanos sin excepción se reencuentren con su existencia, con sus valores y principios, con su vida y obra. (Jóvenes) Es un momento perfecto para evaluar lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos.

Un nuevo liderazgo, una nueva ciudadanía, una nueva humanidad y nuevos gobiernos necesita el mundo (porque no hay dos iguales y habitables hasta el momento); desconocer esta verdad nos hará -como estamos acostumbrados-  esclavos de una mentira… 

Cogito Ergo Sum
Pienso, por lo tanto soy.
René Descartes

Comentarios