100 DÍAS DE NUEVOS GOBIERNOS ¿SI SE VIO ALGO?

La crisis del coronavirus ha tenido al pueblo Colombiano (al menos a la mayoría) con la atención puesta en los efectos de la pandemia, millones de miradas volcadas sobre las pantallas de TV y Smartphones al vaivén de noticias y reportajes sobre infectados, fallecidos y las evidentes opiniones encontradas por las medidas políticas tomadas por el gobierno nacional y los gobiernos locales en aras de atender la emergencia, pero… ¿alguien tendrá en cuenta que acabamos de cumplir 100 días desde la llegada de los nuevos gobernantes a los municipios y departamentos de Colombia?, ¿alguno recordará las promesas de los diferentes candidatos (hoy gobernantes) en los diversos territorios?.

Lo prometido hasta el 27 de Octubre del 2019.

Largos y extendidos discursos acompañaron el caluroso debate electoral en el año inmediatamente anterior, elocuentes oratorias cargadas de promesas, propuestas, críticas y proyectos que intentaron persuadir y convencer hasta entonces a los importantes ciudadanos. Mejor educación, mayor salud y empleo, dignificación del campo, transformación social y económica, aumento de la asistencia social, superación de la pobreza, generación de valor a las cadenas productivas y…bla bla bla  ¿Lo recuerdan?

El jueves nueve de abril del presente año los nuevos gobernantes completaron cien días de gobierno, y ante la suscitada crisis son muchos los temas que alimentan la incertidumbre que arropa el futuro de Colombia, un país golpeado internacionalmente por la caída de los precios del petróleo, la devaluación del peso Colombiano frente a un dólar que viaja por las nubes, el encarecimiento de las importaciones (Limitadas) subiendo de precio la canasta básica familiar entre otros productos, el aumento disparado del desempleo, la pobreza, el hambre y el encrudecimiento del conflicto social interno  en razón del estancamiento económico dado no solo sobre las medidas de asilamiento obligatorio y prevención sanitaria sino del gran conflicto interno que sigue sin resolverse.

Antes que todo esto se diera, ya habían muestras (aunque pocas) siendo realista de nuevos gobiernos que rápidamente organizaron la casa, sortearon con efectividad la dinámica indeleble del gobierno, la gobernanza y la gobernabilidad. Algunos con mayor aceptación popular que otros, ofreciendo cercanía a la ciudadanía (simpatizantes y no), ejecutando con eficiencia y transparencia la contratación de su personal y abriendo las puertas para la presentación de iniciativas y propuestas que proyectaran verdaderas soluciones a las difíciles realidades sociales que viven los Colombianos en los territorios (Pdt's).

Otros (una gran mayoría) con poca suerte o capacidad… hasta ahora empezaban a organizar su equipo de trabajo, en el infortunio de la improvisación, de los pagos y favores políticos, en el sin sabor de los tira y afloje con sus jefes políticos y la oposición en razón de nombramientos, asignaciones pecuniarias, laborales y la escogencia de los tipos de carteras y contrataciones. Un verdadero escenario clientelar y burocratico, aflorado por la corrupción y la argumentativa de: “Es que estamos empezando”, “Acabamos de llegar”, "La administración anterior no nos dejó nada... y la típica (y de nunca acabar) “es que plata no hay”… un escenario no muy diferente al que se veía el periodo pasado, que levanta muros de asilamiento político y social, aumenta las brechas sociales y con ello el cierre de banda ante el aprovechamiento de verdaderos espacios de incidencia, participación ciudadana y oportunidades de desarrollo.

El llamado.

La crisis social y económica es y será inminente, y los nuevos gobernantes se enfrentan a un gran desafío y lo están evidenciando (Unos aprovechando la “fiesta” del estado de emergencia, otros improvisando en cada decisión y algunos pocos haciendo lo que se debe -popular o no-), lo cierto es que al cumplimiento de los cien primeros días de gobierno  ciudadanía sigue esperando las soluciones tan anheladas en los territorios, los Colombianos aún no imaginan lo que puede ocurrir si ante la situación actual la exigencia de derechos, la veeduría ciudadana, el control social y político y la participación ciudadana no se da con mayor vigor. La indiferencia y el desentendimiento por lo público nos pueden llevar a una gran bomba social (Que se está formando).

La superación de la crisis demanda mayor cohesión social y articulación, gobiernos mucho más éticos, eficientes y eficaces, los recursos están más limitados que nunca y el tiempo no para de avanzar y con ello las problemáticas que siguen su curso de expansión y crecimiento (Crisis sanitaria, pobreza extrema, hambre, desempleo, deserción escolar, iliquidez fiscal, informalidad, violencia, suicidio, maltrato intrafamiliar, recesión económica entre otras), es el momento de darle espacio a las ideas, a las iniciativas disruptivas que brinden garantías y efectividad de implementación, es la hora de las reformas (Salud, educación, rural, política, comercio exterior), estamos ante un momento histórico que merece ser aprovechado. 

Igual, ya pasaron cien días de gobierno, ¿Si vieron algo? No quiero pensar que en el desayuno se sabe lo que será el almuerzo.

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