Adiós veinticinco.
Me dejas incalculables cosas.
La adversidad y el éxito me enseñaron a:
Encontrarle cariño a la crisis, a disfrutar con vehemencia cada nuevo desafío.
A descubrir mucho más quien soy,
A darme cuenta de que estaba hecho.
A conocer mis verdaderos amigos,
Y a detectar los que nunca lo fueron.
A valorar los momentos vividos y a añorar los que momentos que negué.
A honrar con vigor la familia, por alejarme en mi visión, sin entender...
A reinventarme y cambiar cada dia, en vez
De desfallecer y claudicar con sombría.
A equivocarme más ¡sin miedo!, pero fracasando en cosas nuevas sin recelo.
A reconocer mis errores sin preámbulos y a disfrutar el proceso, de vencerme a sí mismo, entendiendo mi imperfección, como condición humana con encanto .
A valorar la almohada de la conciencia, sin darle tanta importancia a la trivialidad, después de ir agotado a la cama, es mejor caer rendido sabiendo que di siempre, lo mejor de mi.
Tiempo al tiempo, caballero, en el camino soy arriero.
Gracias vida, gracias señor, gracias amigos y familia por otro año de bendición.
Un nuevo año, un nuevo nivel🚀
Comentarios
Publicar un comentario