Aprender a encontrar, aprender a vivir
Valorar cada instante de principio a fin;
Sin saber que esperar en cada avanzada,
Sin entender nuestra vida, hoy opacada.
Unos ojos divinos, una sonrisa cargada
La cabellera extendida, su estilo marcaba;
Celos míos prematuros, auguraron el comienzo,
De un sin número de historias, que coleccionamos sin pretexto.
En la flor de un nuevo romance, se dieron millones de risas,
En el tallo de nuestros gozos, se avizoraban bonitas rimas;
Con sonrisas plenas y viajes exclusivos,
El “puchu” se hizo amor, en proyectos divertidos.
Química, física y pasión originaba cada encuentro,
Desbordados de interés de gozo y de desvelo;
Iniciativas y riesgos, siempre asumimos juntos
Superar ya el pasado de tristezas y desatinos.
La dificultad y el error... llegaron paulatinamente,
Y así se inició la lucha de furor incandescente;
La fragilidad humana agarró el aliento
Maltratar el amor, de un querer tan bello;
Juntos preocupados, en cuerpos infundidos,
el presente turbulento, marcó el desafío;
sembrar en el presente los sueños del futuro,
superar la adversidad -no fue posible- con rencor y con orgullo.
Los momentos ya vividos, los recuerdos ya forjados,
De las luchas más sentidas y de los tiempos ignorados;
La disculpa no ofrecida, el perdón no provocado
Hoy te digo puchu mia, te llevas contigo...
mi cariño frustrado.
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