Mis pasos hoy rinden culto a la dirección de mi destino, tus anhelos hoy rinden culto a la Altivez de tu sentido.
Sin imaginar, sin entender, cómo el amor claudica al desfallecer, cómo muta el amor al odio, a pesar de lo vivido, sin saber si fue un día amor, pues ya no es odio parece olvido.
No ignoramos lo vivido, siempre resalta lo incierto, hoy camino cielo mío, buscando agua en un desierto.
Es el mar de mis fracasos, donde tu luz ubico mi esfuerzo, hoy la lucha incandescente, espera agónica tu regreso.
Pasa el tiempo en nuestro lado, quizás la distancia por el frente, la indiferencia de aquel día y el orgullo efervescente.
Ansiedad y desesperanza, cambios y valentía, mañana no sabemos, si el cansancio de los sueños, nos abracen sin medida.
Sin estar ya vinculados, ante el error y la desgracia, el futuro inquieto espera, ante el clamor de la esperanza, pues otra vez aqui soñamos, ante lo conocido y lo ignorado, la penumbra de tu Altivez, me condena sin reparo .
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