A LA SOMBRA DE UN AMBIENTE DE CRISIS

26/12/2019
Walter Duarte H

Se acerca el fin del año 2019 y, ante la aguda situación social y económica que viven millones de habitantes en Colombia, muchas son las preocupaciones que siguen acaparando el clima angustioso de los hogares Colombianos, especialmente de aquellos inmersos en la pesadilla del desempleo, la inseguridad y la pobreza extrema; todo un verdadero sin sabor que contrasta con los aires navideños y las festividades de fin de año. 

Una década compleja esta también por culminar, un tiempo donde la humanidad experimento todo tipo de avances tecnológicos y científicos, algunos que abrieron por fortuna oportunidades para la sobrevivencia de los más necesitados, la mejora de su calidad de vida. Nuevos desenvolvimientos sociales, culturales y ambientales se formaron también, dados los apremiantes problemas que siguen rondado al país y, que a pesar de algunos “esfuerzos”, pasan a lo largo de los años afectando a millones de personas.
  
Consientes o no, hoy los ciudadanos evidencian el indignante asesinato sistemático de líderes sociales, la inseguridad ciudadana reconfigurada por nuevos grupos y direcciones criminales en muchos rincones de Colombia, la ineficaz dirección política hacia una real mitigación o adaptación del cambio climático y sobre todo el fortalecimiento y la sostenibilidad de las economías subterráneas (sin contar la ya conocida y desproporcionada corrupción). 

La lucha por defender la vida, la equidad e igualdad social, la sostenibilidad y el ambiente sano, la educación universal y de calidad, la salud pertinente, la justicia, el empleo digno (Por nombrar solo algunos), son temas que para una buena parte de la población nacional aún pasan desapercibidos y, otra población especialmente inquieta e informada (Jóvenes en su mayoría) han tomado con conciencia identificando el momento histórico en el que vivimos, más allá del partidismo político y, haciendo frente ante las evidentes violaciones de derechos humanos, que ponen en juego una vida en paz, en convivencia y un futuro sano para todos los venideros.

La protesta social sigue educando al pueblo (A pesar de la negativa o la subestimación de la misma por parte de algunos sectores), ubicando la compleja situación  que vive el país en la mensajería instantánea, el tinto mañanero o el chisme de corrillo en todo tipo de conversaciones. Se empieza a entender que después de fallidos intentos de dialogo formal y directo con dirigentes y líderes de gobierno, las peticiones con la cultura y la movilización ciudadana se escuchan un poco más,  el mecanismo de reivindicación social se antepone a los atropellos, la negligencia y la indiferencia de los que ostentan el poder y gobiernan en beneficio de unos pocos (o para ellos mismos).

Nuevos gobiernos locales (municipales y departamentales) se levantan el primero de Enero de 2020, y ofrecen a los Colombianos un mar extenso de expectativas, especialmente, para aquellos –como mencione al principio- que desde el borde de la tristeza, la depresión y la exclusión piden a gritos oportunidades, proyectos y justicia social, no simplemente fotografías y “regalos de navidad”.

Estando a la sombra de un ambiente de crisis (Nacional y regional) no basta quedarse parado o ilusionado a esperar con ansias las soluciones prometidas en un acto de campaña, la superación de la crisis individual y colectiva demanda CON URGENCIA un nuevo liderazgo que rompa esquemas, más trabajo en equipo, innovación APLICADA y sobretodo CONCIENCIA, que conlleve a más Colombianos a contemplar (con pensamiento crítico) lo que verdaderamente ha pasado en este país. 

Levantarse de esta agónica conformidad debe ser un motivo vigoroso para participar, construir y exigir lo que la Constitución y las Leyes promulgan; no se construye vida, familia, sociedad y país siendo indiferentes al dolor ajeno, al abrumador presente, tampoco en la promoción de quejas por redes sociales o pasillos, se edifica con una decidida y consciente voluntad de lucha y superación, una causa que acaba de despertar, quizás la loable salida en Colombia para no morir de realidad

2020, un año donde el pasado ambiente de crisis proporcionó la oportunidad

AIRES DE EXPECTATIVA
Dedicado a: Martin Johan

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